16 de marzo de 2007

Fuego Amigo

Dónde queda el principio de unión entre compañeros de una misma causa. Todos nos preguntamos esto en los últimos días, parece ser que cada día el fuego amigo aparece más en la administración federal, y todo indica que el Presidente de la República debe de ser derribado de cualquier forma, bueno, por lo menos eso se aparenta con tanto reguero de tepache que hay en estas semanas.

Parece de capítulo de Dimensión Desconocida, el caso es que los disparos vienen desde dentro del Partido del Presidente y desde algunos órganos autónomos que deberían apoyar al Presidente. Pareciera ser que Manuel Espino encabeza al partido opositor al gobierno y que además es su más acérrimo rival, pero no, no es así. En tan solo dos meses que lleva la administración, el presidente del PAN ha puesto más obstáculos en el camino de Calderón que el mismísimo archienemigo de la derecha, López Obrador.

En la reciente salida al exterior del presidente Calderón, Manuel Espino dedicó su tiempo a criticar al Zapatero, y era Calderón quien tenia que poner la cara para responder a los argumentos de Espino, y a pesar de que no hubo gran revuelo en España, el acontecimiento sólo demostró que no hay comunicación y que Espino quiere pegarle con todo al presidente de la república. Hasta dónde llegara el descontento o simplemente habrá sido un pequeño desliz de Espino para probar la fuerza del señor presidente.

Por otra parte, el presidente del Banco de México sale a decir que la gente que percibe incrementos en los precios de los productos básicos sufre de psicosis. Y todo esto antes de que se hiciera una gran manifestación el Ciudad de México ante la alza de precios. Ortiz Mena también le pone piedras al presidente Calderón con ese tipo de declaraciones. La gente y los medios se alebrestaron más con el gobierno.

Y finalmente, el expresidente Vicente Fox parase empeñado en pegarle con tubo a su sucesor, declaraciones que hacen que el PRD se alebreste y vean las pruebas al supuesto fraude electora no ayudan a la administración actual mucho. “Me desquite” dice Fox, “es un cínico Fox” dice Lòpez Obrador, “es un pelele Calderón” afirma nuevamente el excandidato. Las aguas se mueven y Calderón queda atrapado entre el llamado Fuego Amigo, con esos amigos para qué quiere uno enemigos.

¿Y agricultura?

Felipe Calderón dice que “hagamos de la naturaleza y del cuidado del medio ambiente motores de desarrollo económico y social; llevemos a todo mexicano el beneficio de haber nacido en México, un país de excepcional diversidad biológica.” Como ambientalista moderado, aplaudo la visión y me integro de inmediato para apoyar en el reto de la nueva administración. El sustento del folleto de medio ambiente del presidente del empleo arranca enlistando los requerimientos para lograr dicho objetivo y hasta hace un diagnóstico bueno del deterioro del medio ambiente. Todo va viento en popa y mis ganas por unirme a las acciones que pueda plantear Felipe crecen al mismo ritmo en la que se pierde cobertura natural en México.

El proyecto ambiental enfatiza unas páginas después: “el compromiso específico es una política realmente transversal que vincule a temas ambientales estratégicos con los sectores y actores más relevantes de la economía, al tiempo que se seleccionan los instrumentos más eficientes y adecuados para atender los problemas y lograr metas específicas.” A este punto mi cuerpo tiembla de emoción e impaciencia para conocer las líneas estratégicas del proyecto. Con una sinapsis desbordada mi cerebro se acelera y lanza conjeturas por todos lados: finalmente una política ambiental que busca desasociar del crecimiento económico el deterioro del medio ambiente y una política de vanguardia que posiciona el capital natural de México como elemento de competitividad. El folleto integra metas específicas en materia de energía, transporte y turismo, y lanza una agenda ambiental moderna, con un enfoque económico adecuado y sustentada en instrumentos de política innovadores. No puedo ocultar la emoción en este momento y me siento satisfecho con la planeación planteada. Sin embargo, como toda euforia cuando termina, llega la resaca y la mesura.

Un proyecto de esta naturaleza involucra revisar responsabilidades y atribuciones jurídicas, ya que la estructura operativa gubernamental (secretarías) es sectorial y no transversal. La planeación y ejecución de la política pública en México se ha caracterizado tradicionalmente por el diseño de objetivos sectoriales normalmente dispersos, líneas de acción centralizadas y de corto plazo, cuya finalidad es la obtención de resultados de alta rentabilidad política.

El planteamiento entonces sería excelente si tuviéramos una Secretaría de Medio Ambiente bien financiada y de rango alto, una oficina de sustentabilidad en la Presidencia con la capacidad e injerencia suficiente para determinar metas ambientales específicas en cada una del resto de las Secretarías, una meta nacional de trabajar hacia la sustentabilidad y cuadros técnicos y gerenciales encargados de integrar la variable ambiental en la planeación sectorial del resto del sector gubernamental. Y eso, por desgracia, no existe.

Pero bueno, no me puedo quejar, en el diseño del proyecto estoy más que satisfecho y lo estaré por los próximos seis años, solamente que alguien me explique cómo se llevan los beneficios de nacer en México.

Principios

Para las elecciones para gobernador de 2007 en Yucatán, Ana Rosa Payán, panista de hueso colorado decide lanzarse como candidata del Frente Amplio Progresista para dicha elección. Es entonces cuando me pongo a pensar, dónde están los supuestos principios de todos los dizque políticos.

Solamente en el último año se pueden observar cambios de partido como si uno estuviera cambiando de ropa interior. Primero vimos a Camacho Solís, Salinista y de formación priísta, defender con todo al candidato Perredista en las elecciones presidenciales, y parece que se nos olvida que el mismo partido que ahora defiende lo acusó a él y otros seres macabros de perpetrar el más grande fraude de la historia moderna mexicana (cosa que en una entrevista el mismo expresidente De la Madrid aceptó). Por eso causaba un poco de hilaridad ver como Camacho acusaba a la “derecha” de robarles las elecciones, cosa que nunca se ha podido comprobar y ni se comprobará pero eso es otro tema.

La profesora Elba Esther no conforme con liderear el sindicato de maestros se da el lujo de crear un nuevo partido político, apoyar al candidato del PAN, pegarle al candidato del PRI, de paso quitarle votos al candidato del PRD y para culminar colocando a su nuero como subsecretario en la SEP.

Hay otros personajes de medio pelo como Demetrio Sodi, que cambia de partido como si fuera feria, ha pertenecido a los tres partidos más importantes y los que le falta. Roberto Campa sale del PRI para abanderar Nueva Alianza, y no conforme de suplicarte de que le dieras uno de tres votos acepta un puesto en el gobierno federal, por cierto, esos sufragios fueron los que le hicieron falta a Madrazo para no hacer el ridículo tan feo. Y que se puede decir de Jorge Kawaghi que de ser un gran ecologista pasó a ser el siguiente bailarín del nuevo video de Uno de Tres del mismo Nueva Alianza.

Pero volviendo al tema original, cómo es posible que una persona que no ha negado sus panismo, ni que es conservadora, y que odia y no apoyará en nada a López Obrador sea la elegida para encabezar al Frente Progresista en unas elecciones estatales, dónde quedan los ideales de la primera, y dónde está la coherencia en los segundos. No que la derecha es lo peor que existe en el mundo, no que la derecha va a perder al país, no que la izquierda es lo de hoy, o qué es lo que realmente cuenta en la actualidad: obtener el poder como sea o respetar los ideales partidistas. Aunque es increíble que los partidos no aprendan de sus errores, Sabines salió del PRI para ser candidato del PRD en Chiapas, y al llegar al poder se deslinda totalmente del partido y de su candidato presidencial. Payán para allá va, si llegará a ganar claro está, sólo le dará los suficientes votos para que el PRD obtenga una mayor cantidad de dinero en las siguientes elecciones, como sucedió en Chiapas.

Y bueno, estos son tan solo algunos nombres que me vienen a la mente en este momento, pero es increíble ver la falta de compromiso y de dignidad política por la búsqueda eterna del hueso y del poder por el poder en sí.

¿Y ahora? ¿Quién podrá salvar al Frente Amplio Progresista?

Yo no se ustedes, pero yo no me canso de ver como Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se aprieta más el nudo de la soga que tiene en el cuello. Entre especulaciones, dimes, diretes y hasta jaloneos, el presidente “legítimo” participará en la megamarcha de la tortilla como un ciudadano más y ya no con la envestidura de cuento de hadas que normalmente antecede su nombre. Si pudiera hacer un manual de las artes para no estropear una carrera política, creo que me bastaría con poner una foto del tabasqueño y punto final.

La megamarcha de la tortilla representa una ventana de oportunidad pública para juntar fuerza social y construir capital político. Juntos pero no revueltos, los grupos sindicales, campesinos, civiles y partidistas afines a la idea de una izquierda mexicana, sea obradorista o no, harán presencia en una “concentración épica” que no podría fungir como mejor escenario para arrancar el 2007 con un discurso de oposición sólido. Si ante dicha oportunidad alguien me hubiera dicho que lo importante no es quien va orar sino manifestarse y demostrar unidad, como bien dijo Jesús Ortega, coordinador general del Frente Amplio Progresista (FAP), no hubiera encontrado mejor pretexto para deslindarlo de mi proyecto alternativo de nación.

A mi juicio, hay que sumarle un nuevo ponche al FAP en sus intentos por “despertar” a México y conseguir la Presidencia. Tal vez alguien deberá explicarle a López Obrador, y para efectos prácticos al PRD también, que la forma de hacer política de campaña, como en la que pretende estar todo el año, no es con solidaridad, ni unidad, ni presencia, ni discurso. Es con liderazgo.

El hubiera no existe, pero que película más distinta estaríamos viendo en la megamarcha si en su momento AMLO hubiera aceptado el fallo del Tribunal Federal Electoral, hubiera consolidado un proyecto desde la oposición real enmarcada en el Congreso, Senado y gobernaturas perredistas, y si hubiera negociado una secretaría de gobierno (SEDESOL) al no muy legitimado gobierno calderonista en su momento. ¡Nombre! Que miedo. Imagínense el impacto de una megamarcha bajo ese supuesto. Dirigida por el líder nacional del PRD (indudablemente AMLO), en el epicentro de la operación política nacional, junto a diversos líderes campesinos y sindicales, más los actores civiles moderados que se hubieran sumado; ni un concierto de RBD hubiera tenido tanto éxito. ¡Y pero aún! Emitiendo una “Declaración del Zócalo” en donde la oposición institucional de la mano de la base social mexicana demande desde revisar la política de competencia en México, evaluar los efectos del TLCAN en los precios de los alimentos de la canasta básica, diseñar una política de integración agro-energía-medio ambiente, definir la estrategia nacional de seguridad alimentaria y bioseguridad, entre otros. ¡Knockout! Menos mal que el ego mueve montañas y AMLO tiene de sobra, igual que un intermediario de harina de maíz.