Desde que Felipe Calderón asumiera el poder el primero de diciembre del año pasado pareciera ser que el Partido de la Revolución Democrática se convirtió en un NO institucional en el Congreso a cualquier tipo de propuesta que venga del ejecutivo o de las bancadas del PAN. Al igual de cualquier propuesta de otro partido que antes hubiera negociado con Acción Nacional.
Esta imagen la ha ido cultivado el PRD desde legislaciones pasadas, pero ha tomada mayor fuerza en los últimos meses. Varias encuestas demuestran que la ciudadanía ve a este partido como la oposición más fuerte hacia el gobierno actual. Esto no es necesariamente malo, es un hecho que para que la democracia exista debe coexistir un gobierno y una oposición.
En la actual legislación, los diputados y senadores se han negado en reconocer el triunfo de Calderón en las elecciones pasadas bajo el argumento de un supuesto fraude electoral. También han intentado parar diferentes reformas provenientes de otros partidos, el ejemplo actual es su oposición total a la Ley del ISSSTE propuesta por el PRI.
El PRD en el Congreso tiene todo el derecho a protestar, negociar o inclusive abandonar sesiones cuando una iniciativa de ley no le convence, pero la imagen que queda en la ciudadanía en general es que el PRD es el partido del NO, el partido que siempre estará en contra de las reformas necesarias para el país y por consiguiente en contra del mismo país.
La Ley ISSSTE busca salvar a la institución que está en un punto de inflexión, o se va de picada o se realizan las reformas necesarias para salvarlo. La propuesta del PRI, PAN y los otros partidos que no son del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia) intenta solucionar el conflicto de las pensiones a los trabajadores y es un hecho que es una Ley que le falta trabajo para ser perfecta, pero es peor no hacer nada y dejar la Instituto como está.
Los perredistas tiene todo el derecho a sentirse relegados de la negociación y ver como un peligro inminente a Elba Esther Gordillo o Joel Ayala o cualquier otro líder sindical que se vea incluido en el comité que regirá al recién creado Pensionissste. Pero el abandono de sesiones, ataques y ofensas directas durante las sesiones y la, ahora común, toma de la tribuna no son la solución, y mucho menos deja una buena impresión antes los ciudadanos.
Llegará el momento en que se quiera legislar una ley o un cambio constitucional que le resulte contraproducente al país, y el PRD intentará frenar la iniciativa y buscará defender sus argumentos ante los medios. Pero de seguir el camino actual de contradecir toda propuesta ajena a su partido, ni la ciudadanía ni el resto de los partidos lo escucharán. Será lo mismo que el cuento infantil Pedro y el Lobo.
Carlos
Esta imagen la ha ido cultivado el PRD desde legislaciones pasadas, pero ha tomada mayor fuerza en los últimos meses. Varias encuestas demuestran que la ciudadanía ve a este partido como la oposición más fuerte hacia el gobierno actual. Esto no es necesariamente malo, es un hecho que para que la democracia exista debe coexistir un gobierno y una oposición.
En la actual legislación, los diputados y senadores se han negado en reconocer el triunfo de Calderón en las elecciones pasadas bajo el argumento de un supuesto fraude electoral. También han intentado parar diferentes reformas provenientes de otros partidos, el ejemplo actual es su oposición total a la Ley del ISSSTE propuesta por el PRI.
El PRD en el Congreso tiene todo el derecho a protestar, negociar o inclusive abandonar sesiones cuando una iniciativa de ley no le convence, pero la imagen que queda en la ciudadanía en general es que el PRD es el partido del NO, el partido que siempre estará en contra de las reformas necesarias para el país y por consiguiente en contra del mismo país.
La Ley ISSSTE busca salvar a la institución que está en un punto de inflexión, o se va de picada o se realizan las reformas necesarias para salvarlo. La propuesta del PRI, PAN y los otros partidos que no son del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia) intenta solucionar el conflicto de las pensiones a los trabajadores y es un hecho que es una Ley que le falta trabajo para ser perfecta, pero es peor no hacer nada y dejar la Instituto como está.
Los perredistas tiene todo el derecho a sentirse relegados de la negociación y ver como un peligro inminente a Elba Esther Gordillo o Joel Ayala o cualquier otro líder sindical que se vea incluido en el comité que regirá al recién creado Pensionissste. Pero el abandono de sesiones, ataques y ofensas directas durante las sesiones y la, ahora común, toma de la tribuna no son la solución, y mucho menos deja una buena impresión antes los ciudadanos.
Llegará el momento en que se quiera legislar una ley o un cambio constitucional que le resulte contraproducente al país, y el PRD intentará frenar la iniciativa y buscará defender sus argumentos ante los medios. Pero de seguir el camino actual de contradecir toda propuesta ajena a su partido, ni la ciudadanía ni el resto de los partidos lo escucharán. Será lo mismo que el cuento infantil Pedro y el Lobo.
Carlos